José Antonio Arias
Antonio, el orgullo de la Musical Familia Arias
Un músico tiene una historia personal que al conocerla más a fondo nos lleva a comprender cabalmente su dimensión artística. Creo que lo que somos lo traemos en los genes, tenemos una raíz ancestral, a la cual nosotros le agregamos nuestro toque particular; si a toques particulares nos referimos, el toque de “Toño” Arias como batero en un escenario fue el primero que me dejó cojudo. En estas líneas conozcamos un poco más de él y de su familia musical.
José Antonio Arias Rodríguez tuvo la fortuna que otros músicos o amantes de las músicas hubiéramos deseado tener: nacer en un hogar donde se respiraba y se hacía música en familia. Él ahora, a sus 65 años, agradece profundamente ese hecho.
Antonio y sus ídolos The Beatles… La música une
El padre de Antonio no sólo era músico, sino emprendedor en el sector musical. Se llamaba José, pero le decían “Johnny”, había nacido en el antiguo barrio de Monserrate, barrio de músicos, más precisamente un barrio que atesora la esencia de la música criolla limeña. Entonces no era casualidad que “Johnny” haya sido un apasionado por las músicas, lo cautivó primero el tango (coleccionó vinilos de Carlos Gardel) y después La Sonora Matancera, se hizo músico, cantó y grabó boleros, valses y cumbias, animó fiestas, tocó batería, dirigió su propia orquesta musical, que fundó en el año 1957, cuando nació su primer hijo, la que estuvo activa casi ¡50 años! hasta 2006, año en que falleció. En los años 70, crearía un conjunto familiar, con su esposa e hijos.
Los padres de Antonio
Antonio nació músico, lo cual se comprobó en el vientre de su madre; cuando ella estaba embarazada de él, con 8 meses, y su padre ya trabajaba con su orquesta, la que animaba matrimonios, que en esa época eran de día (los domingos), ocurrió una anécdota curiosa con el futuro batero, cuando la orquesta tocaba, él empezaba a patear en el vientre materno, cuando la orquesta dejaba de tocar, ya no pateaba. En un ensayo, su padre comprobó ello, diciéndole a la orquesta que tocara un momento y que luego dejara de tocar y así varias veces, efectivamente, Antonio pateaba el vientre de su madre cuando sonaba la música y dejaba de hacerlo, cuando ésta se detenía. Entonces, dijeron que sería músico. Y así fue.
Antonio y su señora Madre
A los cinco años empezó como jugando con la batería, su padre tenía una batería roja marca Roxy y dejaba que su hijo se trepara en ella a la edad que otros niños suben a un triciclo, era su nave particular que lo llevaría a cumplir sus sueños; a sus 8 años, cuando el baterista de la orquesta del padre, faltaba o llegaba tarde a una fiesta, le solicitaba a Antonito que tocará, por ejemplo, la entrada de la marcha nupcial; él cree que ello se daba por el hecho de que si la orquesta no estaba completa el cliente que la había contratado pretendería no pagar argumentando que no estaban todos los músicos. Sería una razón, pero no descartaría que su padre, confiara en él, siendo aun un niño. Y es que … de tal palo tal baqueta.
Así, que, sin saberlo, el pequeño “Toño” ya brindaba sus servicios musicales. La confianza paterna hizo que aprendiera a tocar guitarra a los 10 años. Lo inscribió en el Instituto Musical “Bach”, formado por los profesores del Conservatorio Nacional de Lima, que se dieron cuenta que el Conservatorio no satisfacía toda la demanda de chicos que deseaban estudiar música. Quizá esa efervescencia se produjo porque el Gobierno, militar, daba un decidido respaldo a músicas populares del país, exceptuando, lamentablemente, al rock, aunque éste ya había dado muestras que era una música acogida popularmente en Perú.
El rock estaba muy presente en los barrios iniciados los años 70, la banda favorita de Antonio se llamaba Los Klandestinos, ya púber iba a verlos tocar al local comunal de la Unidad Vecinal del Rímac; le gustaba observar el desempeño de los músicos, esa banda tocaba temas de The Beatles y de Grand Funk Railroad, ensayaban en la casa de un fabricante de instrumentos y tocaban en los llamados “tonos” (o “Partys”), aún no había el concepto de conciertos.
El padre de Antonio, basándose en la serie televisiva “La Familia Partridge”, la historia de una mujer viuda y sus cinco hijos que forman una agrupación musical, decide formar un conjunto musical familiar en 1974 denominándolo “La Musical Familia Arias”; en el conjunto, su padre cantaba y tocaba la batería, su madre la pandereta y hacía coros, así como su hermana Marita, sus hermanos Juan y Alberto se alternaban en la batería, bongos y maracas, el segundo después tocaría bajo y piano y Antonio, era el guitarrista. Se presentaron en el programa de Televisión del inolvidable “Tío Johnny” con composiciones de un amigo de su padre, dos canciones dedicadas a un personaje de TV, una niña que le decían “Pinina” (la actriz argentina Andrea del Boca). El conjunto familiar llamaba la atención del público. Por la amistad que hizo su padre con un payaso del popular programa de TV “Trampolín a la fama”, empezaron a contratarlos para fiestas infantiles, eran el marco musical del payasito, tocaban un par de horas, de 4 a 6PM. La Musical Familia Arias tuvo una trayectoria de una década. Ese trabajo los llevó a conocer lindos lugares donde se celebraban cumpleaños como la Pollería (que era más que eso) “El rancho” (ubicado en la cuadra 26 de la avenida Benavides, Miraflores). Dicen que entrar a ese local era como viajar a Disney World, pues los chicos podían jugar con sus personajes favoritos, elevarse en las camas saltarinas y, sobre todo, subirse a los juegos mecánicos.
Antonio, Batero como su padre. De tal palo… tal baqueta
La agrupación familiar, mayormente, tocaba en barrios pitucos, no solían contratarlos en barrios populares. Esa actividad los unió como familia y gracias a esa chamba terminaron de construir una casa, en el barrio del Rímac. Paralelamente, su padre llevaba la orquesta tropical llamada La Orquesta de Johnny Arias y sus rítmicos, tocaban temas de La Sonora Matancera, Los Destellos, etc., en fiestas caseras nocturnas. Antonio los acompañaba para reemplazar al baterista, así que hubo veces que él dobleteaba, es decir tocaba en la tarde con la familia y en la noche con la orquesta.
https://www.youtube.com/watch?v=0IA7nHc7SII
LA MUSICAL “FAMILIA ARIAS” (45 RPM JAMAY)
En 1975, el padre de Antonio, fundó un sello discográfico, le puso de nombre JAMAYJ, que eran las iniciales de los nombres de la familia: J de Juan, A de Antonio, M de Marita, A de Alberto, Y de Yolanda y J de Johnny. En dos años de trayectoria, editaron 6 discos de 45RPM, los cuales eran fabricados en una empresa ubicada en la Plaza Dos de Mayo, de Lima, entre estos discos estuvieron un 45 que traía en el lado A “Gitanita”, una guaracha, de la autoría de Johnny Arias, y en el lado B, “Me río”, un bolero de un amigo de él; en otro 45, se colocó la composición de otro amigo: “Doña Juana”, y en el lado B, el tema: “La hidrofobia”, una cumbia de Domingo Pinillos Lozano, también amigo. Lamentablemente, el sello tuvo que cerrar porque se incrementó el costo de los insumos, y, aparte, el casete se fue haciendo más accesible y eso afectó, de alguna manera, a la industria
discográfica. Los últimos singles del sello fueron de Antonio.
En 1977, el colegio donde estudiaba Antonio, la Gran Unidad Escolar (GUE) Ricardo Bentín participó en un torneo “inter-escolar” de fútbol, llegando su selección a la final, final que la enfrentó a otra de la G.U.E. Ricardo Palma. Antonio compuso un tema deportivo para la ocasión. La final fue en el Estadio Nacional, grande fue la sorpresa de Antonio cuando escuchó por enormes parlantes del coloso deportivo el himno que había compuesto para su cole: “¡Vamos Bentín!”. “Fue una emoción indescriptible”, declaró. La final, lamentablemente, la perdió su colegio. Eso provocó que el 45 que incluía el himno detuviera sus buenas ventas, a la larga, solo se recuperó la inversión. A la espalda de ese 45, estaba “Marita”, canción que dedicó Antonio a su entonces, única hermana. Con ese tema, su padre lo inscribió en APDAYC. Antes para inscribirse solo solicitaban una composición grabada. Luego se dio a conocer otro single, que contenía un tema dedicado a su madre (¡Feliz día mamá!), composición de su padre, el lado B traía una selección de polcas. Tras ello, cerró el sello. Sin embargo, de alguna manera, Antonio ya había iniciado un camino musical propio, fuera de la familia.
https://www.youtube.com/watch?v=ApKyUIpWvX0
LA MUSICAL “FAMILIA ARIAS” MARITA
En el campo deportivo del colegio donde estudió, en segundo año de secundaria, a la hora del recreo, se reunía una mancha de muchachos de distintos años de educación secundaria, algunos llevaban guitarras y lo llamaban para que tocará temas de The Beatles. En ese grupo, había chicos que se drogaban inyectándose Sosegon, un analgésico opiáceo sintético, él no lo probó a pesar que se lo ofrecían. Esos chicos drogadictos morirían a los 18 o 20 años. Irónicamente a esos chicos los admiraba porque eran cultos, intelectuales, tras drogarse hablaban incansablemente sobre historia y política (Marx, Engels, Hitler, etc.) y sobre música (The Beatles, The Rolling Stones, el Festival Woodstock, etc.).
Esas conversas, sobre todo de música, lo involucraron más en el rock, empezó a comprar discos de Grand Funk R., Uriah Heep, Deep Purple; los compraba en las disco-tiendas Héctor Roca y La Discoteca S.A. Entonces, quiso hacer una banda. Su primera experiencia de banda la tuvo con chicos de su barrio; la fundaron con Fernando Romero, un amigo guitarrista, se pusieron Los Masters, la banda incluyó también a Daniel Vicente, en bajo, y a Roberto Aguirre, como vocalista. Esos amigos procedían de la Unidad Vecinal del Rímac. Ensayaban, en su casa, con los instrumentos del conjunto de su padre, temas de bandas anglos como Grand Funk. Sería 1976. Tocaban en bingos y tonos. Aun ahora, esporádicamente, se reúnen para tocar. Por esa época, otra banda de Rímac, Cross, también se iniciaba, llegaría a tocar en un templo del rock: “La Fontana”, aunque, el circuito habitual que tenían estas bandas de barrio eran los bingos, tonos y cumpleaños.
Antonio se acercaba a la mayoría de edad y al momento de la exploración fuera de su entorno acostumbrado; saliendo de su barrio, conoce a los hermanos Chirileisson, Carlos, “Blacky”, “Nani” y a su hermana “Chely”. “Nani” era luthier de instrumentos acústicos y eléctricos (guitarras y bajos) y por ello era visitado por importantes músicos como “Pico” Ego Aguirre, Richie Zellon, Juan Luis Pereira, Walter Paz, Fredy “Puro” Fuentes, miembros de El Ayllu, es decir la crema y nata de nuestro rock setentero. Al frente de la casa de los Chirileison estaba la “Comunal” del Rímac donde tocaban la mayoría de los grupos duros y pesados con la guía de Nani y Blacky. En esas exploraciones extra-barriales se encontró con un chico que había visto en el colegio, Antonio, “Toño”, Infante, quien llegó a ser uno de los más destacados guitarristas de mitad de 80s. Había empezado a tocar guitarra y andaba con los Hermanos Montañez y Edgar Barraza, popularmente conocido como “Kilowatt”. Los conoció un día que una chica organizó una fiesta, entonces, Kilowatt, Raúl Montañez (quien años más tarde sería guitarrista de Leusemia), Freddy Ascencio (bajista) y “Toño” Infante fueron a buscarlo a su casa para que se sumara a su banda, la cual iba a tocar en la mencionada fiesta, su baterista: Toño Horna, los estaba dejando pues se mudaba de Rímac a Comas. Él llegaría a tocar en una buena banda de esos tiempos: Neurosis. Esos nuevos amigos lo habían visto tocar con Los Masters, en un festival en el YMCA del Rímac. Decidió tocar con ellos en la fiesta, ensayaron en su casa, solo una vez, y se mandaron a la fiesta, la tocada resultó optima, el repertorio consistía en temas de Chuck Berry, The Kinks, Black Sabbath, Kiss, Deep Purple. Eran tiempos, en que los cantantes, que mayormente no sabían inglés, se ayudaban con cancioneros como el recordado “Funky Hits”. El estilo de “Kilo” así como la excelencia guitarrística de “Toño” Infante y cierta destreza de Freddy, le impactó a Antonio. Los Masters no llegaban a ese nivel.
La faceta de hacer versiones es como empezó el recordado “Kilowatt”, uno de los front-man más enérgicos de nuestro rock. Faceta que, en ese momento, estaban abandonando. Los miembros de la banda improvisada, pues no tenía nombre, le confesaron que más allá de tocar covers en la fiesta querían hacer canciones propias. Signo de la época. La floreciente era de covers iba dar paso a la de la creación propia que se instauraría hasta nuestros días, aunque la opción de covers se ha revitalizado en este siglo.
Volviendo a ese momento del paso de los setenta a los ochenta, a Antonio, que ya había compuesto canciones, le gustó la idea de tener una banda con material propio. Y se unió a la “banda sin nombre”, la cual se reunía, para ensayar, en la casa de Raúl Montañez, que tenía una colección envidiable de música, y en la de Freddy. Infante empezó a mostrar canciones suyas, así como Kilowatt, que tenía un cuaderno con buenas letras. Antonio se decía: “¡Qué singulares son! ¿por qué no los conocí antes?”. Así se formó un cuarteto que no tuvo nombre. En el segundo ensayo, Kilowatt dijo que ya no podía continuar con ellos porque iba a dar forma a otro proyecto, que terminó siendo Kola Rock. Los tres restantes decidieron continuar pues se divertían mucho, también porque los tres tenían casi la misma edad, 20 años. Les dieron forma a dos temas. El padre de Antonio los escuchó y dijo que hacer temas propios era lo mejor que podían hacer, porque lo original siempre valía más.
Los miembros de la banda sin nombre escucharon hablar de un chico que cantaba muy bien, les decían que era como una mezcla de Jon Anderson (de Yes) y Freddie Mercury (de Queen) y era menor que ellos, solo un año, tenía 19. Un amigo de la banda lo conocía y los llevó a su casa porque, a su vez, le habló a ese chico de que conocía una buena banda… sin nombre. Ese chico era Stuart Rochabrunt. La banda lo probó de inmediato en su propia casa, Stuart se mandó, ¡a capella!, una de Queen y una de Yes, les impresionó su voz y su aplomo para cantar. Luego, Stuart quiso escuchar como sonaba la banda, se mandaron con guitarristas acústicas, covers de Led Zeppelin, y le gustó al punto que su único comentario fue: “¡Ya! ¿Cuándo ensayamos?”. Los chicos le manifestaron que tenían temas propios y Stuart dijo que era con lo que siempre había soñado. Él era melómano, escuchaba Zepp, progresiva e incluso, ya, nueva trova. Había ingresado recién a la UNMSM. Ensayaron y compatibilizaron, pero el bajista dijo que dejaba la banda porque tenía que dedicarse más a sus estudios, ya que estaba avanzado en su carrera de ingeniería en la UNI. Se despidió. Infantes dijo que conocía un bajista que vivía por el Coliseo Amauta, en Chacra Ríos, ese bajista era Francisco “Pancho” Müller. Y fueron a verlo. “Pancho” había tenido bandas, que hacían repertorio Beatle, y en una de esas se había conocido con Stuart, ambos tenían la misma edad; en su casa, ensayó con ellos (algo de Police y The Beatles) para convencerse y así fue. Ya era apasionado por la producción musical, el bajo lo conectaba a una radiola, usaba una radio a modo de amplificador y tenía una batería destartalada pero la banda consideraba que, para esa época, ese equipamiento no estaba mal. Antonio ríe y comenta que en ese momento se dijo: “¡la banda está completa y con estudio propio!”. Müller también convenció a los chicos de la banda porque tocaba muy bien, y tenía un bajo Hohner (a lo Paul Mc Cartney) que impresionó a los chicos, regalo de su viejo. Era muy fan de Paul, de quien tenía un poster en su habitación. La banda le dijo a “Pancho” que deseaban hacer temas propios y a éste le pareció “fantástico”, así que, de regreso al barrio, los tres ensayaron y grabaron caseramente seis temas propios y se los llevaron al nuevo bajista. Había nacido un nuevo cuarteto al que llamaron Temporal.
Temporal sin bajista y con el inolvidable Disc Jockey Luis Alberto Bruno en Radio Miraflores
¿Cómo surgió el nombre de la banda? Un día que Antonio pasaba por el cine Colmena, en la parte superior del edificio que lo albergaba, donde también estaba Inca Radio (o Radio Inca) vio un letrero que decía “Festival Inca Rock” o algo así, era una convocatoria a bandas. Hablo, de una época bien rockera de esa radio, impulsada por el disc jockey Pepe Irei, miembro de la familia dueña de la radiodifusora, Antonio recuerda que había un programa de sábados por la mañana en que invitaban a las bandas a presentar sus discos, lo hacía Pepe con otro disc jockey: Barry de las Casas. Incluso un día fue a curiosear una entrevista que le hicieron al baterista Arturo Creamer (quien antes tocó en El Ácido y después lo haría en Frágil) de la banda Soplo de Vida, a quien admiraba y, quien, le incentivó a hacer de la batería, su instrumento principal. Lo considera como el mejor baterista peruano de rock. Lo vio tocar en el “Cecil”, un local del centro de Lima, que albergaba fiestas rockeras, con bandas.
Volviendo a la convocatoria de la radio, un día ingresó para inscribir a su banda y cuando le preguntaron como se llamaba se le ocurrió Temporal. Un nombre que le pareció apropiado para esos momentos de cambios, cambios como el hecho de componer temas propios. La casa de “Pancho” pasó a ser, no solo un lugar de ensayo sino un punto de referencia donde caían chicos que se iniciaban en bandas y/o amaban la música, como Hans Lauris Rodríguez, Lino Duda, Ángel Chacón, Iván Zurriburri, los hermanos Toledo, Carlos Troncoso, Arsenio Inchaustegui; incluso, un miembro más de la familia Müller también se hizo musico, Jorge, hermano menor de “Pancho”, que tocó batería en una recordada agrupación de fusión llamada Soljani, con Litto Bringas, que, actualmente, hace una especie de jazz andino en Alemania, con músicos de ese país. “Pancho” empezó a implementarse, al tiempo tendría una sala de ensayos.
Una de los primeros artículos de prensa sobre Temporal
Casi todos esos chicos mencionados anteriormente formaron bandas que podríamos citarlas, al menos, entre las más importantes de la primera mitad de los ochenta en Lima, y se dieron a conocer, colectivamente, en AMUSI (Asociación de Músicos Integrados), que se creó en 1983. Antonio, fue convocado a AMUSI por uno de sus fundadores: Benjamín Córdova e inscribió a Temporal. AMUSI tuvo un antecedente en M.A.C. (Música Arte y Cultura), iniciativa contracultural del “rockerologo” Estanislao Ruiz F, que aglutinó a músicos, artistas plásticos, melómanos y coleccionistas. M.A.C. hacía sus reuniones públicas en el Parque de La Media Luna, en el distrito de San Miguel, en 1978; realizaron un ciclo importante de recitales, fiestas y festivales con grupos emergentes del rock local, bandas con creaciones originales en español de hard-rock, progresiva y fusión, como Soplo de Vida y Opus Dei; ello fue paralelo a la existencia de la publicación “Rock del Sur”. La experiencia concluyó en abril de 1979. De las bandas participantes en M.A.C.: Theos, Euterpes, Crisis, Paxdemonium, Mole, Opus Dei y Soplo De Vida incluían temas originales y versiones y otras, solo covers, Neurosis, Trilogía Cósmica, Imagen y Nice. En AMUSI, la convocatoria era solo para bandas con material propio y que cantaran en español. En el cambio de una década a otra, la opción de componer y en nuestro idioma fue asentándose.
Temporal en afiche de concierto de AMUSI
A inicios de los 80, también empezó a diversificarse las tendencias dentro del pop y rock hecho en Lima. Así, Temporal fue dividiéndose en dos frentes, Stuart y “Pancho” optaron por la fusión, trova, música urbana y los “Toños” por el rock, influencia Zepp. Stuart pasó a componer mayormente en la banda, sus composiciones Infantes iba dándoles forma con su guitarra. Stuart había ingresado a UNMSM y fue inclinándose, políticamente, hacia la izquierda, conoció músicos en la U. y los llevó a casa de Pancho. Así ambos tomaron otra dirección musical. Un día, Infantes dijo que no quería cambiar la línea rock de Temporal, Antonio eligió seguir con él porque le gustaba más el rock y era con lo que había iniciado su trayectoria. Entre los amigos que iban a casa de “Pancho” encontraron a los reemplazantes en Temporal. Eduardo Cisneros había llegado a la casa de “Pancho” para que le haga una guitarra, en ese momento, tocaba tanto ese instrumento como el bajo, con el cual ha sido identificado hasta hoy en día. Una tarde, Eduardo los vio ensayar y desde ahí acudió a los ensayos porque le gustó Temporal. Era menor que los demás, Antonio lo encontraba: culto, inteligente, generoso y de buen carácter, había empezado a estudiar odontología en la U. Cayetano Heredia. Contó que tenía una banda llamada Masato, nombre de una bebida fermentada tradicional, principalmente consumida en la región amazónica (probablemente se lo puso porque su familia era de esa procedencia). La armó con el enamorado de su hermana, que era bajista.
Temporal con nuevo bajista Eduardo Cisneros y nuevo vocalista: Arturo Muente
Eduardo llevó a los dos temporales a su casa para ver su colección, tenía hartos LPs de “rock pesado”, de bandas como Black Sabbath, Saxon y Van Halen y, claro, a Infante y a Antonio, los entusiasmó porque esas bandas les gustaban. En su casa, decidieron probar después de que Eduardo dijo que podía ocuparse del bajo, además de hacer coros. Le pasó una guitarra Gibson a Infantes. En la búsqueda de cantante pensaron en Arturo Muente de Fuga, banda del Rímac. Lo convocaron, ensayaron con él y fluyó, hicieron la canción “Grito desconocido”. Stuart y “Pancho” ya habían formado la agrupación Seres Van. No había discrepancias, todos eran amigos. Hubo si, poco después, problemas con Infantes que se aficionó al alcohol y fallecería, joven, a los 27 años, creo que, inaugurando en el país, la rama peruana de ese lamentable club mundial de músicos fallecidos a esa edad. “Toño” dejó canciones grabadas en un casete. Su vida era la música, sino tocaba con la banda lo hacía como músico de sesión.
Temporal en Fest
Temporal dejó de tocar, aunque en años recientes ha regresado y tratado de continuar. Están preparando un disco incluyendo actualizaciones de los temas que dejó Infantes, ahora con la guitarra de Gonzalo Cisneros, hijo de Eduardo, y también guitarrista de Rafo Raez & Los Paranoia. Paralelamente a Temporal, Antonio y “Toño” formaron Los T’s, banda de covers, que tocaba en fiestas, para obtener ingresos económicos y solventar su actividad compositiva. Incluso dejaron temas propios, ¡y es que no podían con su genio!
https://www.youtube.com/watch?v=uZlU-guhZdw
TEMPORAL - GRITOS DESCONOCIDOS - 20 SETIEMBRE 2024
Los padres de Antonio vieron tocar a Temporal y les gustó, y les parecía bien que hicieran temas propios. Solo temas propios. Temporal así daba un paso más que la Familia Musical Arias, que no sólo tocaba temas propios y que en 1984, dejaría de existir. Todo había cambiado. La realidad del país, iba tornándose violenta, la ciudad se expandía, los hijos de la familia habían crecido y se orientaban con sus estudios a sus propios caminos profesionales, solo Antonio seguiría en la música. No sólo en la música.
Temporal con su segunda formación
En 1984, ingresa a la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza (actualmente Universidad), donde tuvo como compañero de estudios al recordado músico César N. Solo hizo tres ciclos, pues el nefasto gobierno aprista de Alan García, como a muchos jóvenes, le hizo dejar los estudios para laborar más y así aportar a la familia, mientras el país se sumía en uno de sus periodos más duros de su vida republicana.
En 1986 forma la banda Radio Fantasma con Armando Araníbar,
Tito Aliaga y Freddy Neira (de Dudo); en 1987, tras participar en un recordado concurso de rock, organizado por Taller Rock y la revista “Esquina”, se separan porque el guitarrista Araníbar se fue a Suecia. Ese mismo año, músicos de la agrupación Del Pueblo se comunicaron con Antonio, pues su baterista se había ido, y querían un batero rockero como él. En ese momento, también ingresó Enrique Ormeño, en el bajo, que había tocado en la banda punk Anarquía y era contrabajista de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN).
Antonio los había visto tocar y les había llamado la atención porque les parecía raros, extremistas, a la vez que creativos y con un buen nivel musical. Lo convocaron y empezaron los ensayos, le ayudó a integrarse que compatibilizó con Yolo, el bajista, el más rockero del conjunto y mayor que él (Yolo y Ormeño se alternaban en el bajo del conjunto, ya que, al segundo, a veces, se le cruzaba presentaciones de la OSN con las Del Pueblo), y con el tecladista Antonio Lertora, que venía de estudiar en el conservatorio. Hicieron un maxi single producido por IEMPSA y empezaban a trabajar en una ópera rock de nombre “Malambito”. El manager en esa época era Franklin Jauregui, fundador y director de la revista “Esquina”. Recuerda presentaciones en el Teatro La Cabaña, en el auditorio de Feria del Hogar, en el Auditorio Santa Elisa y en el interior del país (Huamanga, Chanchamayo, etc.). En 1989 dejó la agrupación.
Antonio, como batero de Del Pueblo
Su siguiente paso fue dar servicios musicales a terceros, se hizo baterista de la Orquesta Internacional Bertolotto (recordemos que “Bertolotto” era un espacio musical muy reconocido en Perú, desde los años 80), mediante el cual acompañó a diversos artistas nacionales como Gianmarco y extranjeros como Roberto Blades, Leo Marini, entre otros. En el 2000, trabaja en una sala de grabación produciendo a terceros y/o tocando diversos instrumentos.
En el 2001, tuvo lo que él considera un periodo espiritual en el cual hizo solo música cristiana, fue otra etapa experimental en su vida. Su búsqueda vivencial lo llevó a inicios del nuevo siglo a radicar unos años a la selva, dedicándose a la enseñanza musical. Viajó contratado para tocar tres días a La Merced (capital del distrito y de la provincia de Chanchamayo) y se quedó 5 años. Fue a tocar para fiestas patrias con una banda de nueva ola y… “me congregué en la iglesia Cristo Vive, una iglesia muy bonita, quedaba al costado del Río Chanchamayo. Era una zona pintoresca, campestre, con muchos árboles, plantas y un pozo, un puquio con agua natural, ¡una maravilla de lugar” me comentó.
En suma, pasó un lustro desconectado de la ciudad “y sus peligros bohemios para llevar una vida más natural”, agregó. Se dedicó a dar clases musicales de piano, de batería, sobre todo a niños y adolescentes. Regresó a Lima por un tema familiar, a cuidar a su padre que estaba mal de salud y al poco tiempo falleció. Un ciclo familiar de medio siglo llegaba a su final, Antonio nuevamente respiraba la humedad de su Lima.
Las cosas se fueron dando para quedarse nuevamente en la ciudad, formó una nueva banda, con músicos del Rímac, Paradero Madrid, influenciada por el pop rock y el R&R. La cual duraría década y media y cuya trayectoria cortaría la pandemia. Hicieron dos álbumes. En el álbum “Tráfico”, aportó composiciones y en algunos temas tocó todos los instrumentos. Quedaron inéditos, que en algún momento les harían retomar el proyecto.
https://www.youtube.com/watch?v=4gOYsiXoWTg
REDOBLE POR EL PERÚ - Bateristas del Perù - Reel 2013
Participó en la movida de Francisco Ángeles, “Redobles por el Perú”, donde tocaron un centenar de bateristas a la vez. “Participé dos veces, tocamos como 100 bateristas, también participé en un homenaje a Ringo Starr, quien venía al Perú con su banda All Star, se realizó en el Parque John Lennon, organizado por Ángeles, ahí gané dos entradas para el concierto de Ringo, en el Jockey Club” me comentó.
Actualmente, está dedicado a la educación musical (enseñando guitarra, piano, batería y canto), a los ensayos de temas propios, tanto con Del Pueblo, donde comparte rol de batero con otro destacado baterista Ricardo López (músico multi instrumentista en Pacha Wakay Munan), como con Temporal. Esta historia no tiene un final, más bien queda como acababa alguna serie televisiva que la Musical Familia Arias disfrutaba conjuntamente cuando no ensayaban o tocaban en escenarios de la ciudad… CONTINUARÁ.
Escribe: Wili Jiménez Torres
Jose Antonio Arias Rodriguez, es un legendario baterista limeño, que ha integrado bandas de culto como Temporal y Delpueblo, entre otras bandas. Siempre colaborador con otros músicos e impulsor del rock peruano. José Antonio estará este jueves 29 en el episodio # 157 de Esquinarock. Desde las 9 pm hora Perú / 7 pm hora Arizona, y como siempre con Franklin Jauregui en la conducción y Omar Aguilar en la producción. No se olviden, los esperamos este jueves 29 para hacer un repaso de la historia de este gran músico y mejor persona . Nos vemos en esquinarock.com, vía Facebook y/o YouTube